
Apreciación Artística
¡Qué manera de jugar con la luz sobre la piedra! La técnica del grabado es exquisita; es como una sinfonía de líneas finas que crean la grandiosidad de Notre Dame. Los arcos del puente se curvan con gracia, reflejando las agujas de la catedral. El río refleja la escena, añadiendo profundidad, y las figuras de abajo, meras sugerencias, dan una sensación de escala y la cualidad atemporal del lugar.
No es solo una representación de un edificio; es una evocación de un sentimiento; la suave melancolía de una tarde parisina. Casi puedo oír los sonidos distantes de la ciudad, el suave murmullo de las conversaciones, el chapoteo del agua. El artista ha capturado la esencia de una ciudad impregnada de historia, un lugar que susurra historias del pasado mientras se alza con orgullo en el presente.