
Apreciación Artística
La obra es un autorretrato conmovedor, un reflejo de la agitación personal plasmado con innegable fuerza. Una mujer está sentada en el centro, con la mirada directa e inquebrantable, vestida con un traje oscuro que amplifica la naturaleza andrógina de la pieza. Las líneas nítidas del traje contrastan con las suaves hebras caídas que la rodean, una cascada de lo que fue, ahora cortado. La expresión sombría de la mujer se refleja en las tijeras meticulosamente colocadas que sostiene. Arriba, el texto manuscrito añade una capa adicional a la narrativa, ofreciendo una visión de las emociones y las circunstancias que subyacen a la imagen. La artista está rodeada por una representación simbólica de la pérdida y la transformación, el cabello cortado esparcido a su alrededor, narrando visualmente un capítulo doloroso.