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Apreciación Artística
La obra presenta a una joven bretona de pie junto al mar. Está representada con una cierta ingenuidad, lo cual forma parte de su encanto. Su mirada es directa, pero lleva un toque de melancolía; es una mirada que dice mucho sobre la vida y los tiempos del pueblo bretón. El uso del color por parte del artista es llamativo: el vestido de la niña es de un gris frío y apagado, acentuado por los azules profundos de sus mangas y su tocado. El fondo es una mezcla de tonos terrosos y un cielo dramático, lo que sugiere tanto la dureza como la belleza del paisaje costero.