
Apreciación Artística
Este retrato captura con elegancia a un caballero que, por los planos arquitectónicos que sostiene y el título del archivo, probablemente sea un arquitecto. La paleta de colores es sobria y dominante en verdes apagados y tonos tierra, transmitiendo una atmósfera de refinada sobriedad. Su cabello blanco empolvado y el encaje de su corbata reflejan la elegancia del siglo XVIII, mientras su mirada directa denota confianza e inteligencia. Los delicados y suaves trazos realzan la textura de sus ropas y la sutil modelación de su rostro, otorgándole una presencia viva que invita al espectador a un instante de reflexión. El fondo oscuro y discreto contrasta con la figura, destacándola y centrando la atención en su expresión y gesto.
La obra demuestra la habilidad del artista para ir más allá de la simple representación física, incorporando elementos que narran la profesión y el intelecto del sujeto. La inclusión de planos arquitectónicos añade un nivel narrativo, subrayando su identidad profesional. En una época en que el retrato era un medio para consagrar la posición y logros sociales, esta pieza encuentra un equilibrio entre la personalidad y el orgullo profesional, generando un impacto emocional de respeto y admiración hacia la inteligencia, reflejando los ideales estéticos del tardío siglo XVIII en España.