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Apreciación Artística
El paisaje se abre con una composición dramática; formas imponentes de tonos terrosos definen el espacio, sus texturas sugieren la rudeza de la tierra. Entre estas formas colosales, un río vibrante o quizás un camino de luz serpentea hacia un horizonte velado en azul profundo. La zona central estalla con un verde vibrante, que da paso al cielo. Una vaca negra se encuentra en un campo, su silueta contrasta marcadamente con la hierba verde. Da la sensación de que el artista ha destilado la esencia del entorno, presentando una visión simplificada, casi abstracta, que aún respira con vida. Las pinceladas parecen seguras y fluidas, creando una sensación de movimiento en toda la composición.