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Apreciación Artística
La escena se despliega con una cualidad suave, casi etérea, donde el encuentro de la tierra y el mar se pinta en tonos suaves. El artista utiliza un estilo suelto, impresionista, con pinceladas visibles que le dan a la pintura una sensación de movimiento y vida; el cielo, un lienzo de azules pálidos y grises sutiles, establece un ambiente tranquilo. Debajo, la costa revela una ciudad encaramada al borde de un acantilado, con sus edificios representados en una delicada interacción de luz y sombra. El agua es una extensión serena, salpicada por algunos veleros, lo que añade un toque de presencia humana a la inmensidad del paisaje.