
Apreciación Artística
El grabado nos sumerge en una escena de brutalidad extrema. Las figuras, representadas con el característico dramatismo de Goya, se contorsionan en posturas que hablan de dolor y desesperación. La escena se desarrolla bajo un cielo brumoso e indefinido, reforzando la sensación de un paisaje desolado, quizás las consecuencias de algún terrible conflicto o catástrofe. Las figuras parecen ser víctimas, con sus cuerpos yuxtapuestos contra las texturas rugosas del terreno rocoso o las aguas turbias. Los trazos ásperos y los tonos oscuros empleados por el artista crean una atmósfera palpable de sufrimiento; es una escena que captura la crudeza de la experiencia humana. Me cautiva el peso emocional; no es simplemente una representación visual, es un eco de angustia que reverbera a través del tiempo.